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¿Cómo salgo de esta?

  • Foto del escritor: BC
    BC
  • 25 sept 2019
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 4 dic 2020

No resulta fácil escuchar el propio malestar –y menos el ajeno- cuando se nos demanda mostrar felicidad, satisfacción, autosuficiencia y éxito, eso sí, acatando una serie de exigencias ¿Ganas suficiente dinero? ¿Haces deporte? ¿Comes sano? ¿Tienes suficientes amigos, pareja? ¿Eres buen padre, buena madre, hijo, hija, etc.? Estos ideales, que cada cual adopta a su manera, llevan consigo sentimientos de culpa, temor a no ser amados, miedo a la pérdida, etc., que en algunos casos conllevan un elevado malestar psíquico. Las redes sociales son un estupendo espacio para mostrar sólo lo que es aceptado y aplaudido, quedando oculto lo que “no encaja”. Si existe un malestar en mí, puedo esforzarme en mantenerlo en la (mi) sombra, tengo numerosas vías que contribuyen a ello: sustancias diversas, ocio para todos los gustos, facilidad para adquirir objetos de todo tipo; un entretenimiento que puede aliviarme, o no, de aquello que me pesa. A veces, el imperativo de felicidad se convierte en un peso en lugar de una aspiración. ¿Cuándo sucede esto? Probablemente cuando dejamos de escuchar a ese malestar que por alguna razón está ahí y que, lamentablemente, hacer como si no existiera, no hará que desaparezca. A veces ni siquiera nos es fácil identificarlo, tiene muchas formas: ¿me culpo? ¿me quejo? ¿pienso que algo no va bien en mí? ¿necesito que alguien me diga qué es lo que debo hacer, qué es lo correcto? ¿por qué no me atrevo a enfrentarme a esto en concreto? ¿por qué continúo esta relación? ¿por qué vienen estos pensamientos a mi cabeza? Etc. Escuchar el propio malestar a ver qué tiene que decirme, es la manera de poder alejarme de él y que deje de estar a mí pegado, como una sombra.


 
 
 

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Asombro Psicoterapia

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