La angustia

La angustia, el afecto maldito posiblemente porque no ha sido dicho con su mayor alcance hasta Jaques Lacan, quien lo sitúa como precursor del deseo. Recordando el silencio que se palpa antes del comienzo de una obra de teatro, esos segundos de vacío antes de que se abra el telón, Lacan señala la angustia como condición sin la cual no hay acceso al deseo.

La angustia ha sido diferenciada del miedo por estar éste dirigido o provocado por un objeto, siendo la angustia ante algo indeterminado, es este autor quien alerta acerca de este malentendido aclarando que "no es sin objeto". ¿Cuál sería su objeto? la angustia es la manifestación específica ante el deseo del Otro. Lacan sitúa el deseo entre la necesidad y la demanda, siendo éste una demanda que no concierne a ninguna necesidad, el deseo solo concierne a mi ser, lo pone en cuestión, en francés "il me met en cause", me pone en causa, causa en mí la cuestión, la pregunta, por mi propio deseo.